¿Qué es y cómo se realiza?
Se trata de un procedimiento que aún se considera experimental, en el cual a través de una cirugía laparoscópica se extraen fragmentos finos de tejido ovárico, las cuales se congelan.
Posteriormente, tras la curación o mejoría de su enfermedad, las pacientes pueden recibir el transplante del tejido en la zona del ovario y para que este tejido produzca un óvulo puede ser necesario un tratamiento de inducción de la ovulación.
Este procedimiento tiene algunas desventajas, entre ellas la necesidad de que la paciente se someta por lo menos a dos cirugías, con baja tasa de éxito reproductivo. Así mismo, si la paciente padece cáncer de ovario o metástasis en este sitio, existe el riesgo de que el tejido preservado tuviera células malignas que se pudieran diseminar al volver a implantarse.
Por todo lo anterior, actualmente sólo se puede recomendar este procedimiento a pacientes cuidadosamente seleccionadas.